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¡Innovador!

Así se ven los primeros eclipses solares artificiales creados por satélites europeos

• Satélites europeos los crearon con precisión milimétrica para estudiar la corona del sol

Excélsior

Aunque suene a ciencia ficción, ya es una realidad, pues un par de satélites europeos están generando eclipses solares artificiales desde el espacio.

Así como cuando la Luna tapa el sol y vemos un eclipse natural, ahora lo están haciendo de forma totalmente controlada, sin necesidad de que ocurra ese raro alineamiento entre el sol, la luna y la Tierra.

.Este logro es parte de la misión Proba-3, liderada por la Agencia Espacial Europea (ESA), y ha permitido a científicos ver la corona solar, esa capa brillante y misteriosa que rodea al sol, con una claridad y duración sin precedentes.

¿Cómo es posible crear un eclipse solar artificial?

Todo ocurre gracias a dos satélites que vuelan juntos, a más de 60 mil kilómetros sobre la Tierra, con una precisión tan extrema que la distancia entre ellos se mantiene con un margen de error menor al grosor de una uña.

Uno de los satélites actúa como un “disco” que bloquea la luz del sol, como lo haría la Luna en un eclipse natural, mientras que el otro tiene un telescopio que observa directamente la corona solar, esa parte externa del sol que normalmente está oculta por el brillo intenso de la estrella.

Este truco solo es posible si los satélites se alinean perfectamente, algo que logran usando GPS, láseres, estrellas de referencia y comunicación por radio. Y lo más increíble: todo lo hacen de forma automática, sin intervención humana en tiempo real.

¿Por qué es tan importante ver la corona solar?

La corona solar es una de las regiones más enigmáticas del sol. Aunque está más lejos del núcleo, es mucho más caliente que la superficie, algo que la ciencia aún intenta explicar. Además, de ahí salen las eyecciones de masa coronal, explosiones gigantescas de partículas y energía que pueden afectar a la Tierra.

Estas eyecciones pueden provocar tormentas solares que interrumpen señales GPS, dañan satélites, afectan redes eléctricas y generan auroras en lugares donde normalmente no se ven.

Por eso, entender la corona no es solo una curiosidad científica: es clave para proteger nuestras tecnologías y entender mejor cómo se comporta el sol.

El problema es que la corona solo se ve bien durante un eclipse solar total, y estos son raros: ocurren en promedio cada 18 meses y solo duran unos pocos minutos.

Con esta nueva técnica, los científicos pueden generar eclipses bajo demanda y observar el sol durante horas seguidas.

¿Qué ha logrado la misión Proba-3 hasta ahora?

La misión Proba-3 fue lanzada a finales del año pasado, y desde marzo ya ha generado 10 eclipses artificiales exitosos. Según el científico principal del proyecto, Andrei Zhukov, del Real Observatorio de Bélgica, los resultados son tan buenos que ni ellos mismos lo esperaban.

La primera vez que lo vimos, casi no podíamos creerlo. Era perfecto”, dijo Zhukov.

Ya han conseguido eclipses de hasta cinco horas seguidas, y esperan llegar pronto a seis horas de oscuridad solar controlada. Para tener una idea, eso es más de 100 veces más tiempo que un eclipse natural promedio.

Durante los próximos dos años, los satélites generarán hasta 200 eclipses solares artificiales, sumando más de 1,000 horas de observación continua del sol. Para la comunidad científica, esto representa una mina de oro de información.

¿Qué hace única esta misión frente a otras?

Antes ya se habían hecho intentos de simular eclipses con satélites, pero siempre era con un solo aparato que tenía tanto el disco que bloqueaba el sol como el telescopio.

El problema con eso es que no permite ver bien los bordes de la corona, donde ocurren muchos de los fenómenos más interesantes.

Lo que hace diferente a Proba-3 es que son dos satélites separados. Esa separación permite un ángulo de visión mucho más amplio y detallado. Además, la precisión de su vuelo en formación es la más alta que se ha logrado hasta ahora.

La calidad de las imágenes que estamos obteniendo es extraordinaria, y todo gracias al vuelo en formación con una precisión sin precedentes”, dijo Damien Galano, jefe de misión de la ESA.

¿Y qué podemos esperar en el futuro?

Gracias a estos eclipses solares artificiales, los científicos esperan entender mejor por qué la corona solar es tan caliente, cómo se forman las eyecciones de masa y qué señales podrían servir para predecir tormentas solares peligrosas.

También se está abriendo una nueva puerta para la astronomía: si este tipo de vuelo en formación es tan preciso, podría aplicarse en el futuro para otros experimentos espaciales que requieren coordinación extrema.

Y para quienes solo ven el cielo como un espectáculo visual, esta noticia también emociona: ver un eclipse solar ya no será cuestión de suerte, sino de ciencia programada desde el espacio.

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