¡Son nuestros hermanos, no criminales!
Preocupa a la Diócesis de Orizaba trato a migrantes en EE.UU.

* Promueven la injusticia, la desintegración familiar y el trato indigno a personas que buscan mejores condiciones de vida
Manuela V. Carmona
Orizaba, Ver., 14 de junio de 2025.- La Diócesis de Orizaba, a través de su vocero, el padre Helkyn Enríquez Báez, expresó su preocupación ante las redadas masivas de migrantes que se están llevando a cabo en Estados Unidos, y cuestionó las políticas migratorias que, a su juicio, promueven la injusticia, la desintegración familiar y el trato indigno a personas que buscan mejores condiciones de vida.
“Vemos con preocupación cómo se está tratando a nuestros compatriotas. Estas redadas masivas provocan reacciones de rechazo, incluso dentro del propio pueblo estadounidense. Si bien es cierto que los gobiernos tienen derecho a buscar el orden, también creemos que existen otros modos de hacerlo sin caer en políticas indiscriminadas que dañan a las familias”, subrayó.
El padre Enríquez señaló que muchos migrantes contribuyen activamente al desarrollo económico y social de Estados Unidos, desempeñando trabajos esenciales en diversas comunidades, por lo cual resulta preocupante que se les criminalice o se les trate como amenazas, cuando en realidad son parte fundamental del tejido social.
Entre las consecuencias más graves de las redadas, el representante de la Iglesia católica destacó la separación de familias, el abandono escolar de jóvenes migrantes, y el aumento de tensiones sociales que, en ocasiones, derivan en actos de violencia. “El diálogo entre gobiernos es necesario. Es importante que las decisiones se ajusten al respeto de los derechos humanos. Como cristianos, tenemos claro el mandamiento evangélico: ‘fui forastero y me recibieron’. Eso nos impulsa a ver al migrante no como un intruso, sino como un hermano”.
Finalmente, hizo un llamado a las autoridades de ambos países a optar por una política migratoria más humana y justa, que favorezca la integración, el respeto y la dignidad de todas las personas, sin importar su estatus migratorio.