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Oliver, un niño sordo de 7 años originario de Ixtaczoquitlán, lucha por aprender en un sistema que no lo escucha

* Padres piden más capacitación para docentes y políticas inclusivas en escuelas regulares

* “Si los maestros no saben cómo enseñarles, nuestros hijos siempre estarán en desventaja”, señaló la madre del menor

* Exigen que la lengua de señas sea materia obligatoria en las escuelas

Manuela V. Carmona/ corresponsal en Orizaba y municipios de las Altas Montañas

Ixtaczoquitlán, Ver., 10 de junio del 2025.- Oliver, un niño de 7 años con sordera profunda, enfrenta día a día las consecuencias de un sistema educativo que no está preparado para atender sus necesidades. Aunque asiste a una escuela regular, la falta de capacitación de su maestra y la insuficiente atención especializada limitan su aprendizaje, evidenciando una grave falla en la formación docente hacia una inclusión real.

Sus padres, Oliveira Tezoco y Damián Xotlanihua, relatan que, aunque Oliver recibió un implante coclear, el dispositivo dejó de funcionar, obligándolo a depender de la lengua de señas. Y aunque el mayor reto no es únicamente la falta de recursos económicos —pues el nuevo implante tiene un costo de 350 mil pesos—, lo más grave es la carencia de profesores capacitados para enseñar a niños con discapacidad auditiva.

“El programa Usaer solo ofrece media hora de apoyo al día, y eso no es suficiente. Necesitamos maestros preparados, que sepan comunicarse con él y adaptar las clases”, denunció Oliveira.

Además de las barreras educativas, la familia enfrenta discriminación, incluso por parte de adultos que han hostigado a Oliver.

“No me avergüenza mi hijo, estoy orgullosa. A través de él he aprendido la importancia de luchar por sus derechos”, expresó su madre.

Los padres exigen que el gobierno implemente la lengua de señas como materia obligatoria en las escuelas y que se fortalezca la capacitación docente en educación inclusiva.

“Si los maestros no saben cómo enseñarles, nuestros hijos siempre estarán en desventaja”, señaló Oliveira.

Damián Xotlanihua agregó: “Los niños con discapacidad tienen las mismas capacidades, pero necesitan oportunidades reales. Sin una educación adecuada, el sistema los está dejando atrás”.

Los padres de Oliver aseguran que la falta de políticas públicas que garanticen una educación inclusiva y de calidad para personas con sordera demuestra que las autoridades no priorizan la capacitación docente ni la sensibilización en las escuelas. En caso contrario, niños como su hijo seguirán enfrentando barreras que, lejos de ser naturales, son resultado de la negligencia institucional.

Finalmente, afirmaron que, como familia, seguirán luchando no solo por el implante que Oliver necesita, sino por un futuro en el que ningún niño con discapacidad tenga que suplicar por el derecho básico a aprender.

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