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El abogado mixteco Hugo Aguilar, a un paso de alcanzar la presidencia de la Suprema Corte

Con el escrutinio en los tramos finales, el candidato de Oaxaca da la sorpresa y lidera por tres décimas la contienda

• Es seguido de las favoritas Lenia Batres y Yasmín Esquivel

El País

Ciudad de México., 03 de junio del 2025.- Un abogado de origen mixteco, hablante de la lengua de la lluvia, el Tu’un Savi, ha dado un giro a las apuestas sobre la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Con el 86% de las actas computadas por el Instituto Nacional Electoral (INE), Hugo Aguilar Ortiz se ha colocado a la cabeza de la elección de ministros del Supremo mexicano con 4,5 millones de votos, equivalentes al 5.2 % de los sufragios.

Esto lo pone por arriba de Lenia Batres, que ocupa el segundo lugar con el 4.9% y aspira a presidir el máximo tribunal. Hasta el cierre de esta edición, la competencia se mantenía cerrada, con 227.000 votos, tres puntos de diferencia entre el primer y segundo lugar.

El jurista, que ha aparecido sorpresivamente en la escena judicial, ha recorrido un camino de tres décadas en la defensa de pueblos originarios.

Ahora mismo, figura como el coordinador general de Derechos Indígenas del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). Su hoja de vida incluye la participación en el Congreso Nacional Indígena como parte del cuerpo asesor del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en los diálogos de San Andrés Larraízar, durante el diálogo para lograr la paz en Chiapas (1996).

Su participación como asesor fue a nombre de la organización Servicios del Pueblo Mixe, en la que colaboró durante esos años, dijo en una entrevista.

Aguilar Ortiz ocupó el lugar 34 de los 64 candidatos que aparecieron en la papeleta para la elección de la Corte y ha sido una de las candidaturas postuladas por el Poder Ejecutivo. Cuenta con una licenciatura en Derecho y una maestría en Derecho Constitucional por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca.

El abogado ha irrumpido en la elección cambiando radicalmente las apuestas que ponían a Batres como la gran ganadora de los comicios, llevándose la joya de la corona, la presidencia de la Suprema Corte, en unos comicios que alcanzaron el 13% de participación de los 99,8 millones de ciudadanos en condiciones de votar.

El litigante ha dado unas pinceladas de lo que será su trabajo en la Corte. Aguilar Ortiz no usará toga, —la investidura que usan los ministros del Supremo—, según ha dicho a medios de comunicación locales. “Es algo que me pidieron de manera reiterada en los pueblos que visité, que no me convierta en un funcionario tradicional”, contextualiza el virtual ministro.

En la carta de presentación del abogado predomina la representación legal que ha tenido de una veintena de comunidades indígenas en Oaxaca.

Apoyando en procesos conciliatorios y jurisdiccionales para resolver disputas territoriales entre pueblos originarios.

Ha ocupado cargos públicos en dependencias defensoras de comunidades autóctonas, entre ellas la Secretaría de Asuntos Indígenas del Gobierno de Oaxaca.

De mantenerse la tendencia de los cómputos distritales, el defensor de los pueblos indígenas sustituirá a Norma Piña en la presidencia del Supremo. Posición que lo coloca como la próxima cabeza que dirija una nueva etapa de un Poder Judicial que ha sido refundado con la elección de jueces, magistrados y ministros por voto popular en las urnas.

Aguilar Ortiz ha dejado registro de sus motivos y propuestas de campaña en el sitio web del INE. Su aspiración de llegar a la Corte, ha tenido como base, dice, su vocación de servicio a la justicia y a los pueblos originarios.

El abogado ha desmenuzado parte de sus ideas en la plataforma dispuesta para que la ciudadanía lo conociera. “La justicia no se debe basar en la simple aplicación de la ley”. Así inició de su respuesta a la pregunta ¿Qué visión tiene de la impartición de justicia? El abogado apuesta por una transformación profunda en la forma en la que se imparte justicia, privilegia la cercanía con las personas, el diálogo directo y busca dejar de lado los formalismos.

Los cómputos distritales han resultado en un galimatías semejante a lo que fue el complejo ejercicio del voto. Las cifras y los porcentajes han disparado cuestionamientos sobre los votos efectivos con los que los candidatos llegarán a los cargos. En el caso específico de la elección de la Corte, cada votante equivale hasta 9 votos, el número de ministros a votar.

Por eso, los votos nulos han superado el total de los votos obtenidos por el primer y segundo lugar. Aguilar y Batres, suman 9,4 millones de sufragios, contra 10,1 millones de votos que han sido anulados por diversas causas, entre ellas tachaduras en la boleta, números inexistentes y leyendas, entre otras.

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