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El Perris y el Culiacanazo

El malogrado operativo para capturar a Ovidio Guzmán, lo que se conoce como el Culiacanazo, fue la tarde del día más difícil en décadas para el Ejército mexicano.

La fracción de los Chapitos, hablo de finales del 2019, estaba en pleno ascenso y tuvo una reacción rápida y diabólica. En pocos minutos tomaron las calles de Culiacán cientos de pistoleros a las órdenes de Iván Archivaldo Guzmán, y coordinados, se dice, por Humberto Figueroa, el Perris. Amagaron con desatar una matanza.

Familiares de soldados estuvieron varias horas en la mira. El Ejército tuvo que dejar ir a Ovidio siguiendo órdenes del comandante supremo, que meses después estaría saludando a la abuelita de los Chapitos durante una taquiza cerca de Badiraguato. De no creerse.

Las cosas han cambiado muchísimo. La abuelita murió, Ovidio está en una cárcel de Estados Unidos, Iván Archivaldo escapa corriendo por el drenaje y el Perris ya fue abatido por el propio Ejército. Fue legítima defensa.

El Culiacanazo sigue doliendo, pero menos. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.

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