Tirotean al exdiputado prorruso Andrii Portnov, afuera de un colegio en Madrid

* La policía investiga si la muerte del excolaborador del expresidente ucraniano Víktor Yanukóvich fue un ajuste de cuentas o un asesinato político
Ciudad de México, 21 de mayo de 2025.- Poco después de dejar a sus dos hijas en el prestigioso Colegio Americano de esta tranquila localidad de las afueras de Madrid, Andrii Portnov, exdiputado ucraniano de 51 años y colaborador del presidente prorruso Víktor Yanukóvich, fue asesinado a tiros. Los agresores, al menos dos hombres vestidos con ropa deportiva, huyeron hacia la franja boscosa que separa el centro escolar de la Casa de Campo.
“La víctima ha recibido varios disparos cuando se disponía a subir a un vehículo. Varias personas le han disparado en la espalda y en la cabeza y posteriormente han huido del lugar hacia una zona boscosa”, dijo una fuente de la Policía Nacional.
La escena quedó grabada en la memoria de los pocos padres y estudiantes que aún merodeaban el estacionamiento de la calle América a las 9:15 horas (locales) “Han sido cinco o seis disparos”, relató uno de los jóvenes de la residencia universitaria contigua que telefoneó a los números de emergencia, a medios locales.
¿Por qué Portnov era ‘persona de interés’?
Portnov no era un padre de colegio cualquiera. Antiguo vicejefe de la administración presidencial ucraniana bajo Yanukóvich, fue acusado de corrupción endémica por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos en 2021, que lo incluyó en su lista de sancionados por “usar su influencia para comprar acceso a los tribunales ucranianos e influir en sus decisiones, así como de sabotear los esfuerzos de reforma”
Portnov formaba parte de la llamada “vieja guardia” que huyó con Yanukóvich en 2014. Sus vínculos con redes empresariales ruso-ucranianas y su paso por Austria lo situaban cerca de círculos donde los intereses financieros y políticos convergen. Para Washington, representaba un símbolo del sistema de sobornos que las reformas judiciales de Kiev intentan desmantelar desde hace una década.
El Servicio de Inteligencia Militar de Ucrania confirmó sucintamente su muerte: “Según la información disponible, Portnov fue asesinado a tiros”, declaró un alto cargo que pidió el anonimato.
La investigación, asumida por el grupo V de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, baraja dos líneas: ajuste de cuentas del crimen organizado o asesinato de naturaleza política.
Según reconstrucciones preliminares, Portnov volvió caminando hacia su Mercedes Clase E mientras hablaba por teléfono. El tirador —cabeza medio tapada, chándal azul y riñonera— le disparó por la espalda; uno de los proyectiles alcanzó el cuello. Cuando la víctima cayó boca abajo, el agresor se acercó y remató con un tiro en la cabeza.
“Los autores del crimen han huido del lugar hacia la Casa de Campo, una amplia zona boscosa que une Madrid con Pozuelo”, detallaron medios locales.
Fuentes policiales indicaron que un segundo individuo podría haber aguardado con una motocicleta para facilitar la fuga. Al mediodía, un cordón de seguridad rodeaba el coche negro de la víctima y agentes de Policía Científica recogían casquillos mientras helicópteros peinaban la masa forestal próxima.
Ecos de una guerra a distancia
El asesinato se produce en un momento en que los servicios de inteligencia europeos rastrean la presencia en España de figuras afines tanto a Kiev como a Moscú. En febrero, un exoficial ruso que desertó para luchar con Ucrania fue hallado muerto a tiros en un chalet de la Costa del Sol; los investigadores españoles lo atribuyeron a una operación del Kremlin. Ahora, las miradas se vuelven hacia posibles represalias de Ucrania contra colaboradores de Moscú, o viceversa, en territorio europeo.
Desde el inicio de la invasión, Kiev “reivindicó o se le atribuyeron varias muertes en Rusia y en los territorios ocupados”. Madrid, con su amplia colonia eslava y sus comunidades residenciales discretas, se ha convertido en refugio temporal para oligarcas, exfuncionarios y opositores de ambos bandos.
El Colegio Americano envió un mensaje tranquilizador a los padres: “Ha habido un tiroteo justo en la entrada de la escuela… Entendemos que la víctima es un padre de familia”. El centro activó protocolo de confinamiento y suspendió las salidas al patio.
Fuentes internas aseguran que Portnov, separado de la madre de las niñas, residía habitualmente en la exclusiva urbanización de La Moraleja, al norte de Madrid. Su rutina —llevar a las hijas con retraso— permitía a los pistoleros conocer horarios y costumbres, lo que refuerza la tesis de una “encerrona” planeada.
La Embajada de Ucrania en Madrid no hizo comentarios públicos, mientras que la representación rusa señaló que carece de información sobre el caso.
Una investigación compleja
La Brigada de Información colaborará con Homicidios para rastrear posibles conexiones geopolíticas. La Audiencia Nacional, competente en delitos de terrorismo o contra intereses extranjeros, podría asumir el procedimiento si emergen indicios de injerencia estatal.
Especialistas recuerdan que resolver crímenes por encargo requiere cruzar balística, telecomunicaciones y cámaras de tráfico. En este caso, la huida por un corredor verde dificulta el seguimiento. Los drones de la Policía Nacional y la Guardia Civil inspeccionan senderos y barrancos en busca de la motocicleta o ropa desechada.
El asesinato complica el delicado equilibrio de España, que ha apoyado a Kiev con armas y ayuda humanitaria pero evita confrontar directamente a Moscú. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, condenó el “grave acto de violencia” y prometió “una investigación exhaustiva con la cooperación internacional necesaria”.
EXCELSIOR/Diego Morato