Arce abandona la carrera presidencial y deja el paso abierto a Evo Morales

Ciudad de México, 14 de mayo de 2025.- El presidente de Bolivia, Luis Arce, desistió este martes de buscar la reelección en los comicios de agosto, ante el inminente fracaso de su candidatura a causa de su impopular gobierno.
Arce declinó su aspiración de renovar el mandato por cinco años, tras ser proclamado por el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido en el poder, a finales de abril.
Economista de 61 años, Arce tenía las encuestas en contra. Una última publicada a fines de marzo por la consultora Captura le otorgaba 1 por ciento de las preferencias electorales.
«Hoy doy a conocer al pueblo boliviano, con absoluta firmeza, mi decisión de declinar mi candidatura a la reelección presidencial», dijo en un mensaje transmitido por el canal oficial Bolivia TV.
Al mismo tiempo planteó «la más amplia unidad de la izquierda» para buscar un solo candidato que compita con la derecha.
El actual presidente fue ministro de economía durante la mayor parte del gobierno de Evo Morales (2006-2019), hoy su mayor adversario político.
El líder indígena, que busca su cuarto mandato, acusa a Arce de orquestar una supuesta persecución judicial en su contra para impedirle postular en las elecciones de agosto.
Un fallo de la justicia determinó a fines de 2023 que nadie puede ejercer la presidencia por más de dos períodos.
«Desde aquí lanzo un desafío al expresidente Evo Morales de no insistir en ser candidato a la presidencia», añadió.
Con Arce fuera de carrera, la disputa por el liderazgo de la izquierda será entre Morales y el actual presidente del Senado, Andrónico Rodríguez, quien hace pocos días rompió con el líder cocalero al anunciar su intención de participar en las elecciones.
Declive económica
Arce asumió el poder en noviembre de 2020 tras arrasar en las urnas con el 55 por ciento de los votos. Entonces era recordado por la bonanza económica que Bolivia experimentó durante sus casi 12 años al mando del ministerio de economía.
Durante ese período, el país triplicó su producción interna y disminuyó la pobreza de 38 por ciento a 15 por ciento.
Las divisas obtenidas por la exportación de gas alimentaron una robusta política interna de subsidios, sobre todo de los combustibles.
Luego de que Arce asumiera como presidente, la caída en la producción gasífera puso en jaque la economía.
El gobierno tuvo que echar mano de sus reservas internacionales para importar gasolina y diésel y venderlos a precio subsidiado, lo que disparó una escasez de dólares hasta la actualidad.
En abril, la inflación interanual alcanzó el 15 por ciento, la tasa más elevada desde 2008.
EXCELSIOR/Oswaldo Rojas