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La lesión de Jayson Tatum cambia el presente y el futuro de Boston Celtics

* Jayson Tatum estaba teniendo un gran juego antes de abandonar la cancha por una lesión en el pie ante Knicks

Ciudad de México, 13 de mayo de 2025.- La escena fue dramática: Jayson Tatum, estrella de Boston Celtics, tirado sobre el parquet tomándose la pierna derecha. Incertidumbre, estupor, pánico. Como ocurrió días atrás con Stephen Curry en Golden State Warriors, solo que ahora bastante peor: si bien aún no se confirmó, todo parecería indicar que la lesión de la estrella de Boston es en el tendón de aquiles.

No lo merecían los fanáticos. No lo merecían los Celtics. Y tampoco lo merecían los Knicks, que estaban ganando con todas las de la ley en un Madison Square Garden que volvía a ser una caldera, gracias en gran parte a Jalen Brunson, el hombre clutch de la NBA.

La serie no está terminada desde lo deportivo, pero sí desde lo emocional. La lesión de Tatum es, en los papeles, grave. Y eso abre un escenario bastante más profundo en el horizonte de los Celtics, que tendrán un verano complejo con determinaciones sobre la continuidad de algunos jugadores importantes, producto de estar en el second-apron del límite salarial, con Kristaps Porzingis y Jrue Holiday a la cabeza. Los campeones, con nuevos dueños tras la venta del grupo empresario de la familia Grousbeck a Bill Chisholm por 6.1 billones de dólares, se enfrentan a serias decisiones financieras, ahora con el inconveniente de saber que una lesión de gravedad de Tatum pone al equipo en una posición completamente distinta a la que estaba.

Porzingis entra en el último año de su contrato, con un salario de 30 millones de dólares la próxima temporada. A Holiday, por su parte, se le adeudarán 104 millones de dólares durante las próximas tres campañas, y con Derrick White y Payton Pritchard como jugadores que pueden hacer su trabajo, la directiva podría considerar traspasarlo para equilibrar los libros.

Es increíble como un pequeño infortunio puede cambiarlo todo.

Pero, claro, todavía hay serie, y el miércoles volverán a verse las caras en el TD Garden. Los Celtics transitarán, como Dante, su propio descenso al infierno: Tatum, hasta este momento, es el hombre que más partidos disputó en un equipo (706) desde la temporada

 

Bienvenido, Joe Mazzulla, a la NBA de las urgencias

Boston era el favorito de esta llave. Perdió los dos partidos en casa y cuando ganó el tercero pareció que la temperatura del paciente, los Celtics, bajaba a la normalidad. La lesión de Tatum, sin embargo, hizo estallar el termómetro.

En los últimos 12 años, tuvimos lesiones de Aquiles significativas en la historia de la NBA. Aún recordamos la de Kobe Bryant en 2013, momento histórico en el que regresó lesionado a lanzar los tiros libres que le correspondían. Luego, en 2017 se destaca la de Rudy Gay, en 2018 la de DeMarcus Cousins y en 2019 la de Kevin Durant.

De todos estos casos, el mejor regreso fue el de Durant. Pero un dato es una alarma grande: se lesionó a los 30 años y volvió recién a los 32. ¿Pueden sobrevivir los Celtics dos años sin Tatum? En caso de que ocurra algo así, ¿en qué condiciones volverá?

Los interrogantes, para un equipo que parecía tener todo ordenado y sólido, son catastróficos.

Un dato sirve para recuperar, en parte, la ilusión: sin Tatum en la actual temporada, los Celtics están 9-2. Pero hay algo que no entregan los números y que nos lo da ver los partidos: Boston está jugando definitivamente mal, y en playoffs Tatum fue quien lideró al equipo en puntos, rebotes, asistencias y robos.

Su salida por lesión, entonces, es una respuesta en sí misma: ahora sus compañeros no tendrán puerta de emergencia cuando las cosas no salgan.

¿Qué plan de juego puede pensar Mazzulla? En principio, reasignar responsabilidades. A la baja de Tatum se suma un Porzingis que está rígido al extremo. El coach de Boston deberá hacer algo que ya hizo en la temporada: extender su rotación y tratar de combatir así a unos Knicks que son gigantes en carácter, pero que carecen de profundidad. Esa es la firma que siempre llevaron al pie los equipos de Tom Thibodeau: defensa, sacrificio y jugar siempre con una plantilla corta.

Todo indicaba que los Celtics estaban en condiciones de repetir el campeonato. O al menos jugar las Finales. Hoy se encuentran en el peor momento del último lustro, y todo en un abrir y cerrar de ojos. Llevaban 14 puntos por delante en el marcador del cuarto juego tras haber ganado el tercero. Como ocurrió en los primeros dos partidos, tuvieron oro en sus manos, pero se transformó en piedra: perdieron el partido, quedaron contra las cuerdas en la serie, y vieron a Tatum dejar el estadio en una silla de ruedas.

Boston jugó siempre con el triple como tendencia. Quien a hierro mata, a hierro muere. Así consiguió cosas y así las dejó escapar. Sin Tatum, el pincel del equipo, el artista de trazo fino, la estructura requerirá de una transformación completa en 48 horas. Un cambio de forma, apoyarse en la defensa, tensar los cuádriceps y ganar la batalla de la actitud.

Hubo un tiempo que fue uno para todos. Ese mundo ya no existe. Será, desde esta mañana fatídica, todos para todos.

Los Celtics sueñan con un regreso de fantasía. ¿Imposible? Quién sabe: los playoffs, queridos amigos, fueron diseñados para sorprendernos.

ESPN/Bruno Altieri

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