La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un plan de acción mundial adoptado en 2015 por todos los países miembros de las Naciones Unidas. Este compromiso tiene como objetivo principal alcanzar un desarrollo sostenible para los países integrantes a través de 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que abarcan un rango de metas, desde la erradicación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático, pasando por la promoción de la paz, la justicia y la igualdad.

En los últimos años, se han destacado algunos logros y desafíos en el avance de los ODS, entre ellos, la reducción de la pobreza extrema que, aunque se ha avanzado, la crisis de la COVID-19 incremento las cifras, concluyendo con un estimado del 8.1% de población mundial que se encuentra en dicha situación económica.

Un logro positivo, en contraste con el reto de la pobreza extrema, es el avance en el ámbito de la educación de calidad. La tasa de alfabetización global alcanzó el 86% en adultos para 2020. Sin embargo, las metas de educación inclusiva y de calidad continúan siendo un desafío, especialmente en regiones como África Subsahariana.

Uno de los desafíos que se presentan es el avance en el ODS que prevé el establecimiento de la igualdad de género, siendo que, en 2021, el 28% de las mujeres en todo el mundo experimentaron violencia física o sexual por parte de su pareja, y solo 60% de las mujeres de 15 años o más trabajaban en 2020, lo que refleja la disparidad en la participación laboral entre hombres y mujeres a nivel mundial. En México, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), la participación de las mujeres en la economía remunerada es del 46%, mientras que la de los hombres asciende al 77%.

Otro tema de gran relevancia y urgencia global es la acción por el clima que, a pesar de las promesas de acción climática, las emisiones de CO2 globales de los últimos años alcanzaron niveles récord, un 6% más que en 2019, lo que muestra que las emisiones globales siguen aumentando, destacando que los compromisos financieros y las promesas de reducción de emisiones aún no se traducen en resultados tangibles. Específicamente, en México según su Informe Voluntario Nacional 2024, se pueden señalar tres estrategias clave para contribuir al avance de este objetivo. La primera es la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), que establece acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y aumentar la resiliencia al cambio climático. La segunda es el fomento al uso de energías renovables y la mejora de la eficiencia energética para reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de CO₂. Finalmente, la tercera estrategia es el desarrollo de planes de adaptación para enfrentar los impactos del cambio climático, con un enfoque en sectores vulnerables como la agricultura, la salud y los recursos hídricos.

Si bien es cierto que cada país participante de la agenda 2030 tiene el compromiso de proponer e implementar estrategias tanto particulares como generales, es en varios eventos y compromisos globales que se marca el rumbo de la Agenda 2030, como en el Informe sobre el progreso, que cada año realiza la ONU, los informes voluntarios anuales que cada uno de los países miembros presentan y el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible. En todos estos eventos, se subraya la importancia de reforzar la cooperación internacional entre gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad civil para avanzar en los ODS, especialmente en países de ingresos bajos y medianos. Esto implica fortalecer los mecanismos de financiamiento para el desarrollo sostenible, integrar los ODS en las políticas nacionales y promover un compromiso global renovado con la acción climática y social.