* El CEO de Red Bull Racing no fue bien recibido en el evento estelar de la F1

MARCA

El universo de la Fórmula 1 es implacable, y si no, que le pregunten a Christian Horner. Durante la presentación de la escudería Red Bull y su esperado monoplaza para la temporada 2025, el RB21, el CEO del equipo experimentó un recibimiento poco cálido: una oleada de abucheos que resonó en el evento, dejando claro que los aficionados no han olvidado la salida de Sergio «Checo» Pérez.

Desde que se anunció la salida del piloto mexicano, Red Bull ha sentido el golpe de una afición dolida. Las redes sociales de la escudería sufrieron una pérdida notable de seguidores, un fenómeno que algunos consideran una especie de «boicot digital» de los fans de Checo. Aunque el equipo intentó compensarlo con un aumento sospechoso de cuentas nuevas, el mensaje ya estaba dado: la decisión no cayó bien en la afición.

Rechazo de los presentes a Horner, Verstappen y Lawson

Y esa incomodidad se hizo presente en la gala de presentación. Horner, al subir al escenario, fue recibido con una estruendosa andanada de abucheos que ni la más elaborada estrategia de relaciones públicas pudo disimular. Pero lo más impactante fue que el rechazo no se limitó solo al directivo, sino que también salpicó a Max Verstappen y a su nuevo compañero de equipo, Liam Lawson.

Para la temporada 2025, Red Bull apostó por el neozelandés Liam Lawson para ocupar el asiento que dejó vacante Pérez. Aunque Lawson ha mostrado destellos de talento con el equipo junior, muchos consideran que su llegada es más una jugada política que una decisión basada en desempeño puro.

El malestar por la ausencia del Checo Pérez

El descontento de los aficionados radica en la forma en que se gestionó la salida del piloto mexicano. A pesar de contar con contrato hasta 2026, los altibajos en su desempeño durante 2024, combinados con las críticas constantes de Horner y Helmut Marko, empujaron a Checo a una salida «de mutuo acuerdo». Sin embargo, para la afición, esta historia suena más a un despido disfrazado que a una decisión genuina del piloto.

El 16 de marzo marcará el inicio de una nueva era en la Fórmula 1 con el Gran Premio de Australia en Melbourne. A pesar de los ajustes en el calendario, con carreras movidas para respetar el Ramadán, lo que queda claro es que Red Bull no solo estrena un auto, sino también una relación tensa con una parte importante de su público.

La temporada podrá avanzar, pero la sombra de Checo Pérez sigue acechando a Red Bull. Y, por lo visto en esta presentación, no parece que vaya a disiparse pronto.