En el gobierno federal hay asombro porque la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, a cargo de Rosario Piedra Ibarra, no ha tenido acercamiento para estar al tanto de las operaciones para recibir a la oleada de migrantes deportados desde Estados Unidos. Nos dicen que incluso ante los señalamientos que hizo la gobernadora de Morelos, Margarita González, de que llegaron migrantes esposados, no han atendido las quejas. Es tal la inacción de la comisión que el que debe ser vigilado, es decir el gobierno, es el que pide al vigilante que haga su labor. Nos comentan que la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, ha ido a supervisar cada uno de los campamentos y coordinar la recepción de personas de otras nacionalidades, pero de la CNDH, ni sus luces. Es un honor… | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.