* En la jornada doble, las Águilas sellaron la semana perfecta: nueve puntos de nueve posibles, con 11 goles anotados y solo 1 recibido

 

Ciudad de México, 01 de febrero del 2025.- América vive en estado de gracia, un equipo que impone su sello, que somete a los rivales, porque dirime los partidos en las áreas: se muestra poderoso en ataque y fuerte en defensa. Cambia de cromos, pero el resultado es el mismo. En la primera jornada doble del torneo se llevaron pleno de puntos, pero también dieron una muestra de su poder ofensivo. El 4-0 sobre Juárez cierra la semana con un saldo de 11 goles a favor y solo 1 en contra. El músculo del tricampeón en plenitud.

Las Águilas son -también- un equipo paciente, no le come la prisa por encontrar la jugada que abra el marcador, se apega a su hoja de ruta, es paciente, va trabajando el partido, consciente de que tarde o temprano encontrará la forma de hacer daño.

Los azulcrema fueron mejor que Juárez, un equipo que entendió que su plan para no salir dañado pasaba por ser cauto, tratar de cerrar espacios por dentro y por fuera. Le iba bien su estrategia, pero América está un escalón por encima.

El equipo de Jardine luce muy bien aceitado, hace cambios y el rendimiento no baja, sus futbolistas tienen asimilado su pensamiento y hay tipos que han dado un paso al frente. No se estresó el cuadro de Coapa pese a la postura de los fronterizos de contener y no de proponer.

Es cierto que a Brian y a Zendejas les costó la última jugada, no aparecía ese chispazo que rompiera el cerco fronterizo… pero la paciencia es otra virtud de esta escuadra y justo antes de la media hora llegó esa acción. Brian arrancó por de izquierda al centro, rompió la línea con un pase para Dagoberto, y el lateral que suplió a Kevin habilitó a Zendejas, éste peleó la pelota y centró para Dávila, el chileno está desatado en el área rival y con un cabezazo puso el primero del juego.

Se derrumbó Juárez, que no tuvo capacidad de reacción, tratar de ir en busca del empate era exponerse a un castigo más severo, porque América no soltó el mando del juego, lo invitaba a correr riesgos, pero los Bravos no lo hacían, encima Jurado echó por la borda cualquier posible reacción.

El portero falló en una salida, regaló la pelota y Erick Sánchez (otro jugador que está empezando a dar lo que se esperaba de él) no desaprovechó le regalo, tomó la bola, amagó a un rival y venció al arquero con un tiro raso al 42’.

Otra vez en 45 minutos América tenía el partido controlado y el triunfo prácticamente asegurado.

Una buena atajada de Malagón a un tiro raso de José Luis Rodríguez fue lo que ofreció Juárez, de ahí en fuera el equipo de Martín Varini entendió que se iba a ir con las manos vacías.

Encima, cuando parece que América entra en un estado de relajación, lo que en realidad hace es esperar el momento oportuno para dar la estocada final. Así pasó cuando Brian logró el tercero, un gol que desató la fiesta en las tribunas, porque el aficionado americanista -ahora sí- ha acompañado a su equipo. Y el mismo Rayo puso el cuarto para demostrar que el tricampeón vive en estado de gracia.