Las legítimas protestas ciudadanas en Culiacán, por el asesinato de los niños Gael y Alexander y en contra de la inseguridad en el estado, que piden la renuncia del gobernador Rubén Rocha Moya, corren el riesgo de ser contaminadas con motivaciones políticas partidistas. Nos hacen ver el caso de la presidenta del PRI en Sinaloa, Paola Gárate. Doña Paola, quien también tiene la cachucha de diputada local, participó con la cachucha de ciudadana en la marcha de ayer, en la que se exigió la renuncia del gobernador Rocha, pero en la que también hubo pintas diciendo fuera el PRI. El tema es tan serio, nos dicen, como para dejar que se metan los políticos. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.