La crisis de seguridad en Tabasco generó una escisión al interior del partido gobernante, Morena. El golpe de realidad ha sido tan duro que la clase política pierde los estribos. El intercambio de acusaciones sube de tono día tras día. Comienza a tomar fuerza aquella consigna histórica de Alejandro Martí: “si no pueden, renuncien”.
El pleito original es entre el gobernador May y el senador Adán Augusto López. El mandatario se fue con todo al decir que todos en Tabasco saben quién era el jefe del grupo delictivo de La Barredora. Se refería a Hernán Bermúdez, antiguo jefe policiaco nombrado por Adán Augusto.
Ahí comenzó el tiroteo entre los morenistas que un día sí y otro también se descalifican. Ya han llegado a la entidad refuerzos federales, por cientos, pero la violencia no cede. Es un edén perdido. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.