La declinación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos es una mala noticia para la democracia mexicana. Los ciudadanos pierden un aliado para contener y enmendar abusos de la autoridad.
Rosario Piedra ha logrado que la CNDH sea irrelevante. Deja pasar todo lo importante, como el regreso de la prisión preventiva oficiosa recargada que es un monumento a la discrecionalidad de las autoridades para privar de la libertad a cualquier persona.
Lo raro que es que la propia CNDH se había manifestado hondamente preocupada, con razón, pero después de un correctivo Piedra resolvió que lo que más le convenía era guardar silencio, no vaya a ser que alguien la volteara a ver y le preguntara por qué no hace nada. Cualquiera diría que es una piedra inerme y silenciosa. |
Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.