* Estas fechas se consideran un periodo de preparación para la Navidad, pero hoy en día muchas veces terminan en fiestas que, en ocasiones, culminan en violencia e incluso muertes

* “Lo que debemos resaltar es que el hijo de Dios busca alojamiento en nuestra vida”, resaltó

 

Enrique Burgos

Coatzacoalcos, Ver., 18 de diciembre del 2024.- Con la disminución de la evangelización, también se han modificado las celebraciones navideñas, perdiendo el verdadero significado y su finalidad, lo que ha llevado a la desvirtuación de las posadas y otras actividades.

Donaldo Antonio Blanco, presbítero de la Catedral de San José, ejemplificó las posadas, una conmemoración del peregrinaje de María y José antes del nacimiento de Jesús, que se celebran del 16 al 24 de diciembre. Estas fechas se consideran un periodo de preparación para la Navidad, pero hoy en día muchas veces terminan en fiestas que, en ocasiones, culminan en violencia e incluso muertes.

“Lo que debemos resaltar es que el hijo de Dios busca alojamiento en nuestra vida, ese es el verdadero sentido de las posadas. Sin embargo, ahora muchas ‘posadas’ carecen de sentido; no se ora, no se reza el rosario, no se cantan villancicos, se ha reducido a una mera fiesta común, con baile, comida y bebidas, donde el hijo de Dios no se hace presente”, señaló.

El religioso mencionó que el papa Francisco ha instado a los fieles a vivir los festejos decembrinos con intensidad, siguiendo los mandatos de Dios y sin olvidar que también se trata de un tiempo de reflexión, recuperación de valores y unidad familiar, además de orar por la paz y el bienestar social.

“En nuestras parroquias seguimos organizando las posadas de una manera que nos una y nos ayude a vivir intensamente este tiempo, para celebrar la Navidad al Señor, quien viene a nuestra vida y se hospeda en nuestros corazones y en nuestros ambientes. Eso es lo que necesitamos recuperar”, agregó el sacerdote de la catedral de Coatzacoalcos.

Reconoció que, en los últimos tiempos, ha habido un alejamiento de la fe, ya que en muchos hogares ya no se transmite el evangelio de padres a hijos.