Dentro de la diplomacia mexicana nos dicen que la reciente provocación del próximo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al premier canadiense, Justin Trudeau, en el sentido de plantearle la anexión de Canadá como el estado 51 de Estados Unidos, deja en claro que el camino diplomático para la presidenta Claudia Sheinbaum y su gobierno no estará exento de minas y otras sorpresitas. Señalan que los exabruptos, bravuconerías y trampas tan comunes en Trump, obligan a que tanto la presidenta Sheinbaum como el canciller Juan Ramón de la Fuente tomen la distancia debida y den pasos con firmeza, pero con prudencia, como ha ocurrido hasta ahora. En este sentido, advierten, todas las precauciones serán pocas y que cualquier invitación a una cena a Mar-a-Lago sea ampliamente negociada en su tono y sus alcances. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.