* Según los testimonios, los oficiales emplean tácticas de intimidación y exigen transferencias bancarias, presuntamente para evitar grúas y arrastres por supuestas infracciones
* En los reportes destaca la patrulla TE01-588, cuyos elementos operan con aparente impunidad
Eduardo Guevara
Manlio Fabio Altamirano, Ver., 15 de noviembre del 2024.- Ciudadanos que circulan por la carretera estatal Veracruz – Soledad de Doblado han denunciado actos de extorsión por parte de elementos de Tránsito del Estado asignados al tramo entre Manlio Fabio Altamirano y el entronque de «Oluta». Según los testimonios, los oficiales emplean tácticas de intimidación y exigen transferencias bancarias, presuntamente para evitar grúas y arrastres por supuestas infracciones.
En las denuncias destaca la patrulla TE01-588, cuyos elementos operan con aparente impunidad. Las víctimas señalan que los oficiales detienen a los automovilistas por infracciones menores y, en lugar de aplicar las sanciones correspondientes, inspeccionan minuciosamente los vehículos en busca de cualquier irregularidad para justificar sus acciones.
Según los señalamientos, en uno de los casos, un conductor fue detenido por llevar una torreta y por la supuesta obstrucción de la visibilidad de la placa. Aunque estas faltas están contempladas en el Reglamento de Tránsito del Estado con multas que oscilan entre 1,737 y 3,257 pesos, los oficiales le indicaron que también sería motivo de arrastre al corralón, lo que incrementaría los costos. Para «evitar trámites», le pidieron 10 mil pesos y le proporcionaron una cuenta de BanCoppel a nombre de Thalía Aguirre Naranjo para realizar la transferencia.
Ante la negativa del conductor, quien argumentó no tener esa cantidad, los oficiales «rebajaron» la extorsión a 5 mil pesos, monto que finalmente pagó para poder continuar su trayecto.
En otro caso, una comerciante fue detenida por no tener luces de frenado operativas. A pesar de que tenía seguro, licencia y tarjeta de circulación en regla, los elementos aprovecharon que las placas de su vehículo eran de otro estado para intimidarla. Aunque la infracción correspondía a una multa de entre 3,265 y 4,342 pesos, los oficiales le exigieron 5 mil pesos para evitarse el arrastre y el corralón.
Tras una negociación, lograron reducir el pago a 2 mil pesos, monto que la conductora entregó en efectivo, dejando su presupuesto completamente agotado.
Estos actos de corrupción se repiten constantemente bajo la dirección del delegado de Tránsito y Seguridad Vial del Estado de Veracruz con sede en Manlio Fabio Altamirano, Carlos Gil Hernández, conocido como «El Capulina». Los afectados temen represalias y prefieren no proporcionar más información sobre estos abusos, que contradicen los principios de transparencia y legalidad promovidos por los gobiernos estatal y federal.
La impunidad y la falta de supervisión han convertido a este tramo carretero en un punto crítico de extorsión, afectando tanto a conductores locales como a comerciantes que transitan regularmente por la zona.