Nos recuerdan que hace poco más de un par de años, en julio de 2022, el influyente diario estadounidense The New York Times publicaba, en su primera plana, que altos funcionarios estadounidenses temían que la relación del embajador Ken Salazar con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, estuviese resultando contraproducente, y representara un retroceso para los intereses de Washington en la región. En esas mismas fechas, EL UNIVERSAL publicó que, a unos meses de cumplir un año como embajador de Estados Unidos en México, Salazar había estado en Palacio Nacional al menos 30 veces, un hecho que daba muestra de su cercanía con el presidente mexicano. En todas esas veces, y las decenas siguientes en las que visitó Palacio —antes de que lo pusieran en pausa este año—, nunca dijo que creía que la estrategia contra el crimen de “abrazos no balazos” de AMLO, era un fracaso. Pues ayer, don Ken, quien antes cantaba como un alegre jilguero la buena relación y la cooperación de ambas naciones en materia de combate al crimen, se dio cuenta de que eso de los abrazos y no balazos fue todo un fracaso. ¿Será que ahora que las aves de presa están llegando al próximo gobierno de Trump, el jilguero se haya convertido en un halcón? A ver si un día de estos no le dicen “¡cállate, chachalaca!”. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.