Lejos de que se supere la crisis de violencia que azota a Sinaloa desde hace más de dos meses, la situación empeora, como lo demuestra el secuestro, tortura y asesinato, ayer, de Ramón Alberto Velázquez Ontiveros, quien era presidente de la Asociación Ganadera Local de Coyotitán, en el municipio de San Ignacio. Este homicidio es uno más de los más de 300 que se han registrado en esta entidad a partir del 9 de septiembre. Las cifras oficiales revelan un incremento del 347 por ciento en el promedio de asesinatos por día entre enero y octubre de este año y de 312 por ciento a partir de que empezó la ola de violencia. Las autoridades, encabezadas por el gobernador Rubén Rocha, hacen un gran esfuerzo todos los días, pero por tratar de minimizar la gravedad de la situación y por ofrecer una imagen de normalidad que no existe. Y ante esa falta de capacidad o de voluntad, o de ambas, para hacer frente a la crisis, no se ve la salida. Uf. | Se lee en “Rozones” de La Razón.