* El fin de la era glaciar en el volcán Pico de Orizaba, provocado por el cambio climático y la tala clandestina, traerá consecuencias científicas, ambientales y turísticas: Ricardo Blanco
* En los últimos 15 años ha experimentado una extinción acelerada, misma que ha sido documentada por el alpinista
Manuela V. Carmona/ corresponsal en Orizaba y municipios de las Altas/Fotos: Rodrigo Blanco
Orizaba, Ver., 07 de octubre del 2024.- El fin de la era glaciar en el volcán Pico de Orizaba, causado por el cambio climático y el aumento de temperaturas derivado de la tala clandestina en la montaña, entre otros fenómenos, dejará consecuencias científicas y ambientales, pero también turísticas, con la extinción del último glaciar de México, consideró el ingeniero ambiental y guía de montaña, Ricardo Blanco.
Se trata del glaciar “Jamapa”, situado en el volcán más alto de América del Norte, el cual, en los últimos 15 años, ha mostrado una extinción a una velocidad exagerada, situación que ha sido documentada por este alpinista.
Recordó que, hasta 1985, el Pico de Orizaba albergaba en su estructura 14 glaciares, por lo que, a los 5,000 metros sobre el nivel del mar, las nieves eternas del Jamapa pintaban de blanco el espesor de un cráter. Sin embargo, la pérdida de hielo ha generado cambios en la estructura de la montaña, la forma de vida de especies animales y vegetales, y en la misma sociedad, pues cada año se atraían a cientos de alpinistas en la búsqueda por conquistar la cima.
Destacó que el incremento en el caudal del río Jamapa es la mejor evidencia del deshielo que sufrió en marzo pasado el glaciar, lo que muestra la magnitud del problema. “La lengua de nieve se perdió entre 60 y 80 metros más arriba del lugar donde antes iniciaba, al igual que su grosor. Otra de las evidencias más significativas de lo que ocurre en la montaña es la silueta de un montículo conocido por los alpinistas como ‘la roca’, la cual sobresale del glaciar y que sirve de punto de referencia; hace seis años, este era el único montículo visible en medio de lo que en su momento se llamó ‘las nieves eternas’, pero actualmente la roca es más grande que una casa. Es decir, en cinco años, el glaciar ha sufrido un fuerte deshielo, dejando al descubierto un terreno rocoso”.
Agregó que, a nivel ambiental, el deshielo del glaciar es un foco rojo porque los ríos subterráneos aumentan su cauce y el agua que baja deslava el subsuelo, generando cavernas que podrían colapsar la parte superficial y con ello barrancas. A esto se suma que, al cortar los árboles, se aumenta la temperatura de esa micro región y se descompacta el suelo, acelerando los escurrimientos de agua de lluvia.
Expuso que, después del deshielo de marzo, quedó al descubierto una capa de rocas a una altura de 5,460 metros. “Se va el hielo y queda debajo algo que se llama ‘permafrost’ (arena congelada), y es muy difícil caminar sobre él con crampones y piolet. Si quieres meter un seguro o estaca para asegurar la ruta, no se puede; es como concreto a 45 grados de inclinación. Por ello, decidí no subir al turismo por la cara norte. Por la cara sur del Citlaltépetl ya perdimos glaciares, solo hay nieve de temporada; es una ruta de arena y rocas, que no es tan atractiva”, señaló.
Finalmente, dijo que, sin el agua del Jamapa, que alimenta a más de 2.5 millones de veracruzanos, además de la industria asentada desde la zona centro hasta la región Veracruz-Boca del Río, serán varios los problemas que se deberán resolver