En medio de un escenario sin sorpresas, el partido en el poder renueva su dirigencia nacional. Tal como estaba planeado, pero al viejo estilo priista, las cosas se desarrollan de acuerdo con lo ordenado por el aún Tlatoani de Palacio Nacional, imponiendo a sus incondicionales.
Luisa María Alcalde Luján, una defeña de apenas treinta y siete años, será la responsable de poner orden en las filas del partido de la esperanza. Es una leal colaboradora del tabasqueño que lo acompaña en esta aventura partidista desde hace diez años.
Como secretaria general se encuentra Carolina Rangel Gracida, una paisana de Felipe Calderón, de treinta y cinco años, quien, junto con Alcalde Luján, vio nacer el Movimiento de la Esperanza.
Y aquí viene lo más sobresaliente: como responsable de la secretaría de organización estará el vástago del tabasqueño, sí, Andrés López Beltrán, «Andy» para la militancia. Se destaca que en el hijo del macuspano se finca el proyecto sexenal; la ambición es coronarlo en 2030, aunque por el momento López Obrador lo coloca allí para equilibrar la balanza, evitar fracturas y, sobre todo, estar al tanto de los negocios. No olvidemos que en el interior de Morena las fracturas están a la orden del día, por lo que se justifica la necesidad de ubicar al junior en el CEN del partido.
Cabe resaltar que el López de Palacio Nacional es quien realmente lleva las riendas del partido; el expriista Mario Delgado no era más que una figura decorativa en la dirigencia nacional de Morena.
La estructura del partido en el poder aún es débil, y eso lo sabe perfectamente el inventor del hijo de Atanasio, quien también es consciente de las encarnizadas luchas internas que ha enfrentado su partido. Aun cuando Morena cuenta con más de una veintena de gobernadores y mayoría en las cámaras, así como un amplio número de congresos locales a su favor, las luchas intestinas prevalecen; todos reclaman sus espacios. Lo que los salva en parte es que no existe una auténtica oposición, los institutos políticos están debilitados, sin liderazgo y con un amplio descrédito electoral.
Esa es una de las ganancias de los morenos: tener una posición privilegiada ante los demás partidos políticos. Aun con esto, las divisiones están latentes en Morena.
Mientras tanto, aquí en la aldea, ya se preparan los entenados políticos del López de Macuspana para buscar la candidatura a la alcaldía de sus respectivos municipios. Todos aseguran merecerla y dicen haber trabajado arduamente por ello.
Muchos de los que aspiran han estado trabajando al lado de la gobernadora electa, Norma Rocío Nahle, y han puesto su granito de arena para consolidar el proyecto político del macuspano.
Provecho.