Una de las razones que se esgrimieron para cancelar el aeropuerto de Texcoco, era que afectaba el medio ambiente y el gobierno, preocupado por los patos migrantes, convertiría aquella zona en un oasis a la mitad del lago secado, fuente permanente de polvaredas.

Por años no hicieron nada, excepto un negocio oscuro con el material del aeropuerto abandonado que por cierto llevaba un adelanto del 30 por ciento. De pronto les entraron las prisas y finalmente hace poco el presidente pudo inaugurar el Parque Ecológico del Lago de Texcoco que tuvo una vida cortísima, de apenas nueve días, porque colapsó la estructura y se perdieron dos millones de metro cúbicos de agua. ¡Dos millones! La Conagua, encargada del proyecto, no tiene explicación de lo ocurrido.

El director del parque tuvo que presentar su renuncia y salió volando cual ave migrante. Se están haciendo peritajes para determinar por qué falló la infraestructura. Los patos siguen en lista de espera. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.