Nos dicen que el todavía diputado federal del PT, Gerardo Fernández Noroña, anda feliz, feliz, feliz, como niño con juguete nuevo porque será el presidente del Senado de la República. Pero nos comentan que dentro de Morena hay quienes no comparten esa felicidad. Aseguran que para que don Gerardo pueda sentarse en la silla del presidente del Senado, su designación debe ser aprobada por el pleno de la Cámara alta. Habrá que ver si toda la bancada de Morena se alinea y vota en favor de Fernández, quien llega con la bendición de la próxima presidenta de la República, Claudia Sheinbaum. Será la primera prueba para que el coordinador de la bancada, Adán Augusto López, muestre el control y consiga un voto unánime y que nadie se salga del huacal. | Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.