Alcanzar la paz en el país será un anhelo postergado mientras permanezca el tráfico masivo de armas de Estados Unidos a México. Armas que terminan, por negligencia criminal de los vendedores, en manos de sicarios de los carteles.

Hizo bien Rosa Icela Rodríguez, secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, en plantear el tema en la ONU, durante la Cumbre de Jefes de la Policía de las Naciones en Nueva York.

La funcionaria mexicana pidió a la ONU que participe en el cese del tráfico ilegal de armas hacia los grupos delictivos.

“No queremos que nuestro país siga poniendo los muertos, queremos familias felices”, dijo de manera por demás cruda la secretaria Rodríguez que fue más lejos al sostener que “nos preocupan los fallecimientos de quienes de este lado de la frontera consumen drogas, pero también nos preocupan las muertes por el uso de armas de fuego en nuestro territorio”.

La vida está por encima del mercado de armas. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.