Que en el país en que han robado vehículos a la madre de un jefe de Gobierno, que pillos han retenido a policías y militares, que han plagiado a un mando máximo de inteligencia y que han ocurrido los hechos más inverosímiles en materia de inseguridad solo faltaba que un obispo, que para más señas negociaba con narcos la pacificación de Guerrero y responde al nombre de Salvador Rangel, fuera víctima de un secuestro exprés en la vecina Morelos. | Se observa en “Trascendió” de Milenio.