Como pocas veces ha ocurrido en el sexenio, anoche se articuló un cierre de filas de gran significado. En el que representantes de las más diversas y hasta contrapuestas fuerzas políticas han expresado su condena a la acción sin precedente, perpetrada por fuerzas policiacas de Ecuador, que irrumpieron por la fuerza en la embajada de México en Quito. Se trata de una acción excesiva que trasciende a cualquier diferendo entre políticos —en este caso entre los presidentes Andrés Manuel López Obrador y Daniel Noboa por el caso del asilo al exvicepresidente Jorge Glas—. La afrenta a la diplomacia y la flagrante violación al derecho internacional por parte del gobierno ecuatoriano han dado toda la fuerza y apoyo al mandatario mexicano para que este caso llegue a la Corte Internacional de Justicia y derive en sanciones ejemplares. | Se lee en “Rozones” de La Razón.