Y ahora es en Campeche donde, nos comentan, crece como la espuma una crisis policiaca que tarde o temprano alcanzará a la gobernadora Layda Sansores. Y es que resulta que, por segundo día, policías mantuvieron el paro y la protesta para exigir la renuncia de la secretaria de Seguridad Pública, Marcela Muñoz. Lo anterior, luego de que se exhibiera durante un motín en el penal de San Francisco Koben, que dejó 26 heridos, las carencias que padecen en equipamiento, además de salarios estancados. Ayer, los uniformados acusaron que como una acción de represión a su manifestación no dio servicio el número 911 y les dejaron vehículos sin combustible para poder patrullar. Tuvieron, sin embargo, respuestas de solidaridad de la población, porque les llevaron agua, comida y combustible para que pudieran realizar sus tareas. Los manifestantes exigen ahora que sea Layda quien los atienda. Uf. | Se lee en “Rozones” de La Razón.