Estudiantes de Ayotzinapa, acompañados por padres de los normalistas desaparecidos, generaron disturbios en Palacio Nacional, incluyendo la entrada forzada al recinto y enfrentamientos con militares. Esta acción es parte de una serie de protestas que incluyen daños a edificios gubernamentales en la capital, gobernada por Martí Batres. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha interpretado esto como una provocación, una manipulación, sin embargo, el detonante del “portazo” a Palacio Nacional es el hartazgo de la espera. Los 43 cumplirán una década de no estar. Comenta «Frentes Políticos» de Excélsior