Vaya que tanto cinismo desconcierta.
Estos chairos no tienen remedio, estos sí son diferentes, salieron peor.
Le cuento.
Con esto de la renovación de la Cámara de diputados, es sorprendente el número de holgazanes, perdón, de parlamentarios, que desean repetir en el cargo, todos ellos no quieren vivir en el error. Ya se acostumbraron a la buena vida.
Interminable es la lista con los nombres de los listos, de todos esos que, al no saber hacer otra cosa, ambicionan seguir en la nómina. Ya les gustó eso de levantar el dedo y cobrar la dieta.
Son obtusos.
Pero veamos el tema de los legisladores federales veracruzanos, del partido en el poder, que pretenden repetir, de esos que son improductivos, que son del montón y que prácticamente se pierden entre tanto vacacionista legislativo.
Entre los que ambicionan lograr la tercia se encuentran, Valentín Reyes López, un auténtico desconocido aún en su distrito, Dulce María Villegas, una orizabeña que no produce, no aporta. Jaime H. Pérez Bernabé, un papanteco insípido, incondicional de Manuel Huerta. Paola Tenorio Adame, una legisladora más del montón, oriunda de San Andrés Tuxtla. También figura, Flora Tania Cruz Santos y Rafael Hernández Villalpando, aunque éste último al parecer ya fue bajado para dar paso a Miriam Ferraes Centeno, entre otros.
Por su segunda bailada van Ivonne Cisneros Lujan, Rosa M Alvarado Murguía y Esteban Bautista Hernández.
Los conoce usted, nosotros tampoco.
Sin lugar a dudas que la ambición mostrada por todos ellos será perjudicial para la candidata del partido en el poder al gobierno del estado. Será la zacatecana la que pague las consecuencias y no tan sólo del electorado veracruzano, que ya está hasta la madre del negocio que regentea el López de palacio nacional, sino de los mismos militantes de MORENA esos que fueron dejados en el camino y que también tienen se capital político. Júrelo que muchos de ellos, al ser desplazados, habrán de votar en contra de su partido.
Ya lo decíamos en entregas anteriores, los chairos no necesitan contrincantes, entre ellos mismos se carcomen. Tienen hasta suerte, porque no hay oposición. Todavía, esta vez, les alcanza para lograr la victoria, ya en el 2030, ni en sueños vuelven a triunfar.
Provecho.