La esperanza, dice el diccionario de la lengua española, es un “estado de ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos”. Este deseo humano puede ser pasivo: esperar que las cosas sucedan o activo: una fuerza que nos mueve hacia adelante, a caminar y actuar, para que las cosas sucedan. Este segundo sentido, me parece, es el que mueve el concepto de la esperanza del Movimiento de Regeneración Nacional que en el país ha impulsado el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Por cierto, en 2012, el ahora mandatario mexicano publicó un libro que llevó por nombre “No decir adiós a la esperanza”. Ahí, el ahora mandatario mexicano, vapuleado una y otra vez por los regímenes autoritarios de nuestro país, reflexiona sobre las razones profundas que lo han movido a lo largo de su vida para continuar luchando por la transformación de la vida pública de la nación. En este libro se nos invitó, en su momento, a no claudicar, a no decir adiós a la esperanza, a resistir, a avanzar, a continuar luchando.

Aunque la obra fue escrita en circunstancias particulares, de una derrota, el pensamiento del ahora mandatario mexicano sigue vigente y se puede aplicar para los tiempos que corren, como una invitación a seguir avanzando en este camino de la esperanza para hacer posible lo que todos los mexicanos deseamos, un México mejor, un México para todos, un México de bienestar.

El pasado fin de semana, al entregar más obras al país, el presidente escribió: “en el último tramo de nuestro gobierno estamos terminando obras importantes: ya inauguramos el aeropuerto de Tulum y la primera etapa del Tren Maya; ayer se concluyó el acueducto El Cuchillo II para abastecer con 5 mil litros adicionales por segundo a la zona conurbada de Monterrey. También por la tarde inauguramos un regimiento para más de 500 elementos en Nuevo Laredo, donde avanza la construcción de las oficinas centrales para el manejo de aduanas del país”.

“Mañana inauguramos la presa Santa María en Sinaloa; el 21, la primera etapa del acueducto Agua Saludable para La Laguna; el 22 empieza a operar el Tren del Istmo; el 26 vuelve a volar Mexicana de Aviación; el 27 inauguramos la primera etapa del acueducto de la presa El Zapotillo, que llevará agua a Guadalajara; el 29, la farmacia central con todos los medicamentos en Huehuetoca y el 31 se inaugura la segunda etapa del Tren Maya, de Cancún a Palenque, y feliz año”.

Así, con un recuento de su agenda para este fin de año, el presidente Andrés Manuel López Obrador se refirió a estas obras estratégicas para el pueblo mexicano, obras, que reiteró, son fruto de la lucha contra la corrupción y de una esperanza actuante, que va caminando hacia adelante y no de una esperanza estéril que se queda “esperando” para ver qué cae del cielo.

FELICES FIESTAS

Así, con ese ánimo, con esa fuerza que nos da la esperanza, deseo a todos mis lectores que tengan unas gratas y felices fiestas decembrinas. Son tiempo de familia, de amigos, de cordialidad, de retomar fuerzas y energías para seguir caminando en la vida. Que la cercanía en familia nos impulse a ser mejores y a seguir trabajando por nuestra comunidad.

Nosotros estaremos atentos de que estas fiestas se vivan con paz y tranquilidad en todo el territorio veracruzano, pero no quise dejar pasar la oportunidad para enviar un fuerte abrazo, mi cariño y mis mejores deseos a todos mis lectores en esta Navidad 2023.

 Comentarios: Facebook Yair Ademar Dominguez Twitter @YairAdemar