Los requisitos para aparecer en la boleta de la elección presidencial son draconianos. Fueron diseñados por los partidos para inhibir la competencia de los sin partido. Pero las reglas están establecidas y quienes se inscribieron las conocían.

Todo apunta a que la elección del 2024 no habrá candidatos independientes. El plazo se vence dentro de cinco semanas y al aspirante independiente más adelantado, el ultraderechista Eduardo Verástegui, le faltan el 90 por ciento de las firmas exigidas, que son en total 961, 405, que es un número de excesivo para alguien que, por definición, no tiene una estructura.

A otros aspirantes, como el ex gobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz, les faltan todavía más.

La pregunta es qué los llevó a inscribirse, ¿pensaron que contarían con apoyos en dinero y en especie que no recibieron. No es que alguien los vaya a extrañar, no en este caso, pero las candidaturas independientes pueden jugar un papel importante en el desarrollo democrático, siempre y cuando haya posibilidades reales de competir. | Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.