• Un accidente vehicular lo arrebató de su familia

 

  • Fue un doloroso proceso que al final significó un milagro para otros

 

  • La decisión fue difícil pero sus seres queridos optaron ser empáticos con el dolor ajeno

 

  • Mi hijo fue un instrumento de Dios para regalarle vida a quienes lo necesitaban, expresa su mamá 

 

Marco Antonio Pérez Martínez

 

Xalapa, Ver., 27 de septiembre de 2023.- Héctor Jhoet Montano Gonzáles tenía 16 años cuando un accidente vehicular lo arrebató de su familia, la cual decidió donar sus órganos como una forma de preservar su vida a través de otros, pero el proceso para logarlo se convirtió en un viacrucis.

 

En el Día Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y Tejidos, Juana Gonzáles Blanco, madre de Héctor, cuenta que lo que buscaba para “mantener con vida” a su hijo se convirtió en un milagro para seis familias que pidieron recibir el corazón, riñones, páncreas e hígado de su hijo menor.

A Héctor le gustaba la cacería y pasaba los días viendo qué otros aditamentos podía conseguir para este hobby, por eso su accidente y la declaración de muerte cerebral generó en sus seres queridos un dolor inmenso que tuvieron que enfrentar juntos.

 

«Fue un momento muy complicado, pero también un milagro de Dios. Creemos que todo esto pasó por obra del Espíritu Santo, no lo puedo ver de otra forma. El Señor lo necesitaba y fue llamado, fue un instrumento para dar vida a otras personas que lo necesitaban», dijo.

Juana cuenta que su hijo tuvo que ser llevado al Puerto de Veracruz para realizarle estudios, pero antes de que pudieran lograrlo fue declarado con muerte cerebral.

 

La decisión fue difícil pero la familia optó por ser empáticos con el dolor ajeno y donar los órganos que pudieran regalarle vida a otros.