La hidalguense ha dado el primer paso.
De manera firme la senadora se sube, ya formalmente, al ringo electoral.
Con la constancia en la mano repite su máxima «en mi equipo ni huevones, ni rateros ni pendejos».
Vaya mensaje.
La hidalguense debe tener cuidado con los advenedizos, con las rémoras políticas, con esos vividores del erario público que nada más están al acecho del personaje en turno para subirse a su carro y tirarse a la golfería.
Lo realmente cierto, es que la señora sabe a lo que va, está consciente de lo que le espera y, en caso de ganar, está cierto del país que habrá de recibir, un territorio todo dado al catre. Un territorio mexicano inseguro, sin empleo y con una infraestructura educativa y hospitalaria en ruinas.
Por ahora viene la cuesta, esa pendiente que mucho la habrá de hacer sudar ya que no puede ni debe bajar el ritmo, la retórica la sencillez y esa franqueza con que se ha conducido siempre, deben ser la bandera, junto con sus propuestas, la que enarbole.
Su discurso debe ser aún más atractivo, sin miramientos, con franqueza. Como hemos visto, en muy breve tiempo llegó a la cúspide ahora lo importante es mantenerse, saber remar contra la corriente y enfrentar a ese monstruo llamado MORENA, el partido en el poder. El negocio que es regenteado por el López de palacio nacional, por un tipo autoritario y soberbio.
De igual forma tanto el Revolucionario Institucional como el membrete ese llamado Partido de la Revolución Democrática, deben cerrar filas, trabajar en unidad, en completa concordancia y, sobre todo, dejar de lado los intereses personales. O al menos hacer de lado la codicia, ahora lo urgente es ganar.
Sí en verdad quieren dar pelea no deben prevalecer las ambiciones, el agandalle mucho menos las traiciones, esas que ya distinguen al dirigente nacional priista, por ejemplo.
El adversario es el partido en el poder, es ese gigante de tres, o más, cabezas qué hará hasta imposible por conservar la corona, por continuar con el mandato.
No deben olvidar que con encuestas no se gana, que, con mítines, hasta la madre de acarreados, tampoco, eso ya es pasado y eso ya lo deben saber.
Así de sencillo.
Por lo mientras la panista ya es la futura candidata de la oposición a la Presidencia de la República.
Y la tlaxcalteca Beatriz Paredes, la que se quedó con el bate al hombro, no tuvo oportunidad de nada, solo se prestó al juego o bien la utilizaron, esto último suena difícil dada su experiencia política, ella sabe negociar, sabe sumarse y sumirse
Claro que sí.
Y reiteramos, la máxima de la hidalguense «en mi equipo ni huevones, ni rateros, ni pendejos».
Provecho.