Quien puede presumir que tiene 100 por ciento de lealtad al Presidente y a su movimiento político es el subsecretario de Gobernación Alejandro Encinas. De acuerdo con el diario The New Yok Times, don Alejandro fue espiado por las fuerzas armadas con el software Pegasus y él lo supo, y no lo denunció, con lo que evitó un escándalo de grandes dimensiones dentro de un gobierno que, según el Presidente, no realiza espionaje político. De haber abierto la boca, Encinas hubiera hecho patente que no solo se espía a opositores, periodistas y activistas de derechos humanos, sino hasta a los altos funcionarios del gobierno de la autollamada Cuarta Transformación. Si las cosas fueron como dijo el diario estadounidense, todo indica que la respuesta de Encinas a la infección de su teléfono con el software espía fueron las duras críticas que realizó al Ejército en materia de derechos humanos, en casos como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y, más recientemente, la ejecución perpetrada por soldados de cinco jóvenes desarmados, en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Espiado, pero leal.   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.