Pobre colimense, por enésima ocasión sus compañeros de partido lo dejan como lazo de marrano y lo ponen en su lugar.
Ya son varias las veces que el dirigente, más no líder,  del negocio que regentea el López de palacio nacional es abucheado. Sí, el tal Mario Delgado suma otra dura y severa crítica por parte de militantes del partido que encabeza.
Esta vez fue el Coahuila, anteriormente en Durango, en su cara, fue calificado de corrupto y traidor, allí en la tierra de los Moreira, a lo vil fue rechazado y sin mayor empacho sus correligionarios lo tildaron de corrupto y de ser «una vergüenza nacional».
En su afilado rostro le escupieron ser un traidor y lo señalaron de vender las candidaturas. Le dijeron sus verdades, le recordaron ese pasado que lo atosiga y lo atormenta y que, por supuesto, no será la última vez que se lo rememoren.
Las fracturas hacia el interior del partido en el poder son cada día más frecuentes más abiertas, es descontento es más que notorio y eso va a tener un costo político muy alto.
Los morenos se carcomen solos, no necesitan de otros institutos políticos para ser desprestigiados, el canibalismo es lo de ellos y conforme se acerque la fecha de presentar candidatos las verdades habrán de relucir a lo lindo.
Los chairos ya despertaron, no habrán de permitir más sometimientos.
Esas divisiones tan visibles pronto se verán reflejadas en los estados, en esas  entidades donde se habrá de renovar gobernador y congresos locales.
Que no olviden los morenos que esas facturan podrían significarse auténticas ventajas para la oposición.
La obstinación les puede causar un sisma.
Los entenados políticos del dueño de «La Chingada», no entienden que un partido fragmentado le pone en charola de plata un triunfo a la oposición, misma que por el momento no da señales de vida, pero que pronto habrá de salir del marasmo y, como Lázaro, se habrá de levantar y caminar.
Las sorpresas apenas vienen
Pobres de aquellos que piensen que el triunfo de MORENA, del año venidero, esta asegurado.
Pobres chairos de continuar así lo único que están haciendo es tender su camita y dar paso a que la oposición se levante con sendas victorias.
Su terquedad, pero sobre todo la ambición, no les permite ver que en el pecado habrán de llevar la penitencia.
Por si lo anterior fuera poco no perciben que una inmensa mayoría de mexicanos, esos que están indecisos, que no tienen preferencia electoral, si alguna vez vieron con buenos ojos al partido en el poder, en su momento le van a dar la espalda y eso, en varios estados, tendrá sus consecuencias.
Claro que sí.
Ojalá y los chairos no olviden que MORENA no es inmune a las divisiones.
Provecho.