Las corcholatas están desaforadas, los columnistas pelotean las posibilidades reales de cada uno, sus alianzas, sus campañas adelantadísimas. Tal parece que la sucesión es un asunto que compete solo a los aspirantes de Morena, porque la oposición está desde hace muchos meses a bajo impacto, casi imperceptible.

El PRI dio una noticia buena y otra mala. La buena para ellos es que el gobernador de Durango, Esteban Villegas, se decantó tricolor y ya hasta la credencial le dieron, de modo que el partido tiene hasta hoy tres gubernaturas, Durango, Edomex y Coahuila. Ya se verá la noche de la jornada electoral del primer domingo de junio cuántas le quedan.

La mala es que sigue sin saber qué hacer rumbo al 2024. La muestra es que su dirigente, Alito Moreno, anunció una serie de foros nacionales para ver por donde sopla el viento. O sea, nada.

No se crea que PAN y PRD están más avispados. Nada de eso todos están en voto de silencio por lo que las corcholatas morenistas dominan la plaza. Ni siquiera tienen que preocuparse porque la oposición los descalifique, no los toca ni con el pétalo de una crítica.  |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.