EL HERALDO DE MÉXICO

Ciudad de México, 24 de marzo del 2023.- Javier Ávila, sacerdote jesuita de México, habló sobre el hallazgo del cuerpo de José Noriel Portillo «El Chueco» y aseguró que esto no significa que se haya hecho justicia ni que termine con la violencia que se ha generado en la región en los años recientes. El clérigo aseguró que «no es justicia, no es un triunfo de la justicia. La muerte de este sujeto es lamentable, pero justicia hubiera sido que lo detuvieran y que rindiera cuentas ante las autoridades«.

En entrevista con Guadalupe Juárez y Sergio Sarmiento para El Heraldo Radio, el sacerdote jesuita explicó que habían advertido a las autoridades que, si no eran capaces de detener a Portillo, iban a terminar encontrando el cuerpo. Y eso fue lo que pasó. Además lamentó que esta muerte no soluciona el problema de inseguridad que existe en Chihuahua y aseguró que seguirá el clima de incertidumbre y la violencia que se vive todos los días.

El sacerdote reiteró que han propuesto diferentes caminos de acción, para intentar terminar con la ola de violencia y con los ataques contra gente del clero, con la intención de reestructurar el tejido social y sanar el dolor que se ha dado tras los frecuentes asesinatos.

Sobre las declaraciones del fiscal de Chihuahua, en las que acepta que fallaron en la detención, Javier Ávila dijo que es una buena señal, pero que después hay muchas cosas por hacer. «Parece ser que al señor fiscal no le gustó que le recordara que su respuesta ante lo que pasó fue un fracaso, porque no pudieron detener al generador de violencia».

«Espero que no nos vaya a cerrar la puerta y que podamos seguir en diálogo franco, como ha pasado hasta el momento»

Además, explicó que los jesuitas de la región van a seguir trabajando como lo hacían hasta antes de los acontecimientos de junio pasado y que se mantienen mantienen cinco párrocos en Cerocahui, dos en Samachique y dos en Creel.

¿Qué pasó el 20 de Junio del 2022 en Cerocahui, Chihuahua?

El 20 de junio del 2022, dos sacerdotes jesuitas y un guía de turistas fueron asesinados en el poblado de Cerocahui en Urique, Chihuahua. Esto cuando el guía de turistas entró a una iglesia a refugiarse, tras ser perseguido por varios individuos. Los atacantes abrieron fuego y terminaron con la vida de tres personas, incluyendo a los párrocos Joaquín Mora y Javier Campos.

Después de un mes de los acontecimientos se había asegurado a 12 personas relacionadas con los asesinatos en Cerocahui, Chihuahua. Algunos habían sido detenidos por portación de armas de fuego de alto poder. Hasta el momento suman 32 personas las que han sido detenidas, por ser colaboradores de José Noel Portillo.

Encontraron el cuerpo de «El Chueco»

Ayer por la mañana, en la conferencia de Palacio Nacional, el presidente López Obrador confirmó que el cuerpo que se encontró en Choix, Sinaloa es el de José Noriel Portillo «El Chueco», presunto asesino de los sacerdotes jesuitas Javier Campos y Joaquín Mora, además del guía de turistas Pedro Palma.

En una primera información dijo que se esperaban los resultados de las pruebas de ADN que se estaban por parte de la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de la Defensa Nacional y la Guardia Nacional, por lo que no se podría confirmar que se tratara del cuerpo de Portillo. Pero unos minutos después, el mandatario federal informó que le confirmaron que las pruebas de ADN demostraron que se trataba de las personas buscada por el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

«Ya se confirma por los estudios. Me acaban de pasar la información”

La versión oficial dice que Noriel Portillo habría asesinado a los párrocos, el lunes 21 de junio del 2022, dentro del templo en Cerocahui, Chihuahua, luego de que ambos intentaran proteger la vida del guía de turistas. Al ser cuestionado sobre las razones por las que las autoridades no pudieron detener a «El Chueco», López Obrador aseguró que no se había podido detener al capo, pese a los nueve meses que habían pasado y a la recompensa que se ofreció, por «la influencia que tenía el presunto delincuente en la comunidad». Informó que, incluso era promotor de un equipo de beisbol en la zona.

«El Chueco era protegido por la influencia que tenía en Chihuahua»
FOTO: Archivo 

El nombre de José Noriel Portillo Gil se convirtió en tema de dominio público, luego de los asesinatos de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, además del guía de turistas Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, asesinados en Cerocahui en Urique, Chihuahua.

Pero ya contaba con una orden de aprehensión, desde hace cuatro años, por el homicidio de un turista estadounidense. Además, las autoridades aseguraron que el grupo criminal había infiltrado y controlaba a los cuerpos de policía locales. “Los grupos delictivos han incursionado en los cuerpos de seguridad pública, los cuales al ser rebasados en efectivos y/o armamento optan por no llevar a cabo acciones en contra de estos, así como por medio de amenazas”, explicaron en su momento.

El cuerpo de «El Chueco» fue encontrado en Choix, Sinaloa
FOTO: Archivo 

AMLO: Pidieron sacar al Ejército para entregar los cuerpos de los sacerdotes

Durante la Conferencia Mañanera de este viernes en Palacio Nacional, el presidente López Obrador dijo que «la administración de Chihuahua buscó negociar con el gobierno federal la entrega de los cuerpos de dos los jesuitas asesinados en Urique, a cambio de que el Ejército no asumiera el control y saliera de la zona«.

En su encuentro con la prensa, el mandatario federal aseguró que rechazaron la propuesta y después los cuerpos fueron hallados en un sitio en el que las fuerzas federales ya habían buscado.

«No habíamos denunciado públicamente por razones de seguridad en la investigación», pero ahora lo hace, un día después de que se confirmó la muerte del presunto asesino de los sacerdotes, José Noriel Portillo Gil “El Chueco”.

“Desde el primer momento actuamos, fue la Guardia Nacional, fueron elementos de la Secretaría de la Defensa, se inició la búsqueda. Nos mandaron a decir de que si salía el Ejército iban a entregar los cuerpos y dijimos no. Ya se había buscado y no estaban los cuerpos y, de repente, aparecieron los cuerpos por donde ya se había buscado»