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Este fin de semana, la cantante mexicana Ana Gabriel dejó a sus seguidores con la boca abierta al anunciar sorpresivamente su próximo retiro de los escenarios, tras enfrentarse durante un concierto a un grupo de seguidores que la abuchearon por utilizar el micrófono para dar un mensaje político.

La noche del 25 de febrero en Los Ángeles, California, la intérprete de ‘Simplemente amigos’ aprovechó un espacio entre canción y canción para hacer un llamado a «defender al INE (el Instituto Nacional Electoral)».

Ana Gabriel se refería a la manifestación que tuvo lugar el pasado domingo en la Ciudad de México para mostrar el rechazo ciudadano a una reforma de la ley electoral que impulsó el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La reacción del público -mayoritariamente mexicano- fue variada. Por lo que podemos ver y escuchar en los videos que subieron algunos asistentes, la mayoría guardó silencio, quizá por no saber cómo reaccionar ante una postura política inesperada en un tema controvertido; unos pocos aplaudieron y otros más abuchearon a la cantante, mostrando ya sea su simpatía por el presidente mexicano o su rechazo a la politización de un concierto.

Claramente, Ana Gabriel se descontroló. «Pongan el CD en su casa y ya no me van a escuchar hablar», retó al público en un momento del concierto.

Minutos después, para sorpresa de todos, anunció que pronto se retiraría.

Regularmente, Ana Gabriel utiliza su cuenta de Twitter para anunciar sus giras y próximas fechas de conciertos, aunque también suele compartir su postura política contraria al gobierno actual.

En ese concierto quiso mostrar públicamente su apoyo a la manifestación que se llevaría a cabo la mañana siguiente, pero no estaba preparada para una reacción así.

«Esta noche, parte del público me puso en una situación difícil como ser humano y como cantante, me desequilibró como artista. En 48 años de carrera jamás me había pasado esto, y asumo mi responsabilidad», escribió.

Lo cierto es que lo dicho por la intérprete y la reacción del público -las voces a favor y en contra- son un fiel reflejo de la polarización política que vive el país.

En México, cantantes que históricamente se han identificado con la izquierda política como Eugenia León, Regina Orozco y David Aguilar expresan abiertamente su apoyo al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al igual que actores como Damián Alcazar y Tenoch Huerta, quien recientemente se reunió con el presidente.

Otros artistas como Rubén Albarrán -vocalista de Café Tacvba-, Natalia Lafourcade, Eugenio Derbez, Gael García Bernal o Laura Zapata han levantado sus voces para criticar al actual administración.

En ambos casos suelen reciben por igual críticas y apoyos en redes sociales.

Los artistas pueden tener una opinión política y tienen derecho a expresarla. Eso no está a discusión. Pero deben estar preparados para que su público piense distinto a ellos y quieran hacerse notar como sea, incluso con gritos y abucheos.

Un ejemplo. En algunos conciertos, el cantante argentino Andrés Calamaro suele tomarse unos minutos para hacer una férrea defensa de la tauromaquia, proyectando videos relacionados con las corridas de toros y reivindicando una manifestación cada vez menos popular en el mundo.

Dependiendo de la ciudad o del país en que se encuentre recibe más o menos apoyo -y más o menos abucheos-, un riesgo calculado que él decide asumir.

Otros suman su voz a iniciativas más populares y menos polémicas como el rechazo a la guerra en Ucrania o el combate al calentamiento global.

Mientras tanto, la gran mayoría decide directamente no meterse en política, como Luis Miguel, quien alguna vez comentó: «Un artista debe ser apolítico y dedicarse a sus canciones; yo siempre voy a estar con la gente, que es la que me ha hecho como artista, y quiero su bienestar».

Ana Gabriel lleva un buen tiempo manifestando en sus redes sociales su oposición a muchas iniciativas del actual gobierno mexicano, pero hasta ahora no había experimentado tan de cerca la polarización que vive el país y cómo una simple manifestación -algo común en el México democrático- en esta época, puede encender las pasiones tanto como ‘Quién como tú’ o ‘¡Ay amor!’.