Manuela V. Carmona/corresponsal en Orizaba y municipios de las Altas Montañas

Orizaba, Ver., 06 de julio del 2022.- Entre aplausos y sollozos, familiares, amigos y vecinos, con una misa de cuerpo presente dieron el último adiós a Alan Fernando, quien fue asesinado por la pareja sentimental de su madre el pasado lunes en una unidad habitacional de Orizaba.

Fue en punto de las 11:00 horas que el sacerdote Antolín Bernardi Castelán, elevó sus oraciones por el eterno descanso del pequeño al pie del altar de la capilla del Inmaculado Corazón de María a escasos metros de donde el menor fuera atacado con un zapapico que le causó la muerte.
Una vez concluida la eucaristía, entre aplausos y cantos, el ataúd fue llevado a la carroza blanca que recorrió las calles que a sus 12 años, el pequeño recorrió en innumerables ocasiones cuando se trasladaba a la zona centro de la ciudad para solicitar ayuda económica, pues existía el señalamiento de que era explotado y víctima de violencia.
Fueron más de un centenar de personas las que acompañaron el cuerpo del menor, con globos y flores en las manos pero también con la exigencia de justicia, lanzando consignas en las que pedían el inmediato esclarecimiento del infanticidio y se castigue con todo el peso de la ley a Luis Ángel, quien arrebató la vida del menor.

Fueron decenas de niños, amigos y compañeros de juegos del menor, así como adultos quienes custodiaron el féretro blanco en su camino al campo santo municipal.

En el panteón, amigos y familiares esperaban en el pasillo la carroza funeraria que llevaba a Alan a su última morada, en este punto, los familiares restringieron el acceso a los medios mientras que Alan fue acompañado por sus seres queridos, amigos y vecinos que lo vieron crecer durante 5 años que fueron los que vivió en la Unidad habitacional Canacintra, en una casa color blanco marcada con el número 29 y con las manos del menor en color rojo en una de las paredes.