Hay que buscarle un lugar a Jaime Bonilla, ex gobernador de Baja California y amigo personal del presidente López Obrador.

Antes de lanzarse a la aventura de la gubernatura, Bonilla era senador de la República. Dejó la Cámara Alta para someterse a una nueva elección, la cual ganó. Para su molestia, su cargo tuvo una duración de apenas dos años, pero así estaba estipulado desde que se inscribió en la competencia.

Cuando concluyó su mandato el presidente se dijo listo para recibirlo en su gabinete, “sólo tiene que elegir a dónde quiere ir”, dijo dando pie a todo tipo de especulaciones.

Pero Bonilla no encontró nada mejor que el Senado y se dijo dispuesto a recuperar su escaño, pero una sala regional del TEPJF le arruinó la fiesta. Dijo que ese escaño ya no le pertenece.

De modo que cuando regrese de su gira por Centroamérica el Presidente ya tiene un encargo: encontrar un lugar para Bonilla.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.