Nos hacen ver que desde que Delfina Gómez Álvarez tomó las riendas de la Secretaría de Educación Pública (SEP), la dependencia se quedó virtualmente muda. Lejos, muy lejos, quedaron los tiempos de las continuas conferencias de prensa, las visitas de los secretarios a los planteles educativos de todo el país y el trato con los representantes de los medios que tenían los antecesores de la mexiquense. Nos cuentan que de por sí a la expresidenta municipal de Texcoco no le gusta mucho la exposición pública y que con los temas complicados que han surgido en el sector que encabeza, más el muy incómodo tema jurídico-electoral por los presuntos desvíos para propósitos partidistas cuando ocupó aquella alcaldía, la SEP se fue volviendo poco a poco una torre de marfil. Y ahora que se acerca la competencia por la gubernatura del Estado de México, nos aseguran que ningún programa educativo le preocupa tanto a doña Delfina como su propósito de repetir en la candidatura por Morena y procurar que nada vaya a hacerle ruido a ese empeño. ¿Será que ya no la siente tan segura como hace unos meses?   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.