Como parte de la resaca por la fallida Reforma Eléctrica, ayer se dio a conocer que la diputada federal Ali Núñez dejó la bancada del PVEM para sumarse a la del PAN. Hace apenas una semana y media, el coordinador de los verdes, Carlos Puente, expulsó de su partido a la diputada Rocío Alexis Gamiño García, quien cometió el grave pecado de votar en contra de la iniciativa del Presidente de la República. Como si eso no bastara, un día antes de que se discutiera en San Lázaro el dictamen, el legislador Andrés Pintos brincó a la bancada de Movimiento Ciudadano y votó en contra de la línea que había marcado la Cuarta Transformación. Malos tiempos para el PVEM, que desde el inicio del sexenio decidió dejar a su aliado de años, el PRI, para subirse al potente tren del obradorismo. En menos de dos semanas, el partido liderado por el exniño verde perdió tres curules. Cuando ocurrió el primer desgrane, hubo quien dijo que “una golondrina no hace verano”. Ahora, nos comentan, alguien podría responder: Una no, pero… ¿tres?   |  Se lee en “Rozones” de La Razón.