El fallecimiento de Rosario coincidió en los medios con la noticia de que un centenar de policías capitalinos logró desalojar la sede de la CNDH que llevaba casi dos años ocupada por colectivos feministas.

La actual presidenta de la CNDH es la hija de Rosario, y recibió el cargo como un reconocimiento a la lucha incansable de su madre.

Por desgracia las expectativas del nombramiento no se cumplieron, ante la decisión de Rosario Piedra de transformar al organismo en una pieza más, casi irrelevante, en el tablero de la 4T.

El país atraviesa por la crisis de derechos humanos más aguda de su historia y la titular del organismo que tiene la obligación de tutelarlos se concentra en no incomodar, ni siquiera con una declaración contundente, al titular del Poder Ejecutivo, a quien considera su jefe.

La CNDH ayuda poco, casi nada, a la sociedad en la lucha contra las desapariciones.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.