En una mediadora se tuvo que transformar ayer la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero. Nada sencillo, nos dicen, le resultó calmar los ánimos tanto de sus compañeros de bancada, como de la oposición durante la discusión por el uso de un avión de la Guardia Nacional y la asistencia del secretario de Gobernación y el jefe de la propia Guardia Nacional a actos partidistas de Morena en Coahuila y Sonora. Aunque la sesión tuvo momentos de alta temperatura y tensión, nos hacen ver que la senadora logró encauzar la confrontación y se acabó por tener un acalorado, pero civilizado, choque de opiniones y mucho debate.   |  Se puede leer en “Bajo Reserva” de El Universal.