Como se esperaba, la vinculación a proceso de la alcaldesa de Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, creó un entuerto jurídico que será difícil deshacer. La Ley Orgánica de Alcaldías de la Ciudad de México contempla el escenario de la ausencia temporal o definitiva de los alcaldes, pero a nadie de quienes la aprobaron se le ocurrió pensar que, al no tener fuero, los gobernantes de este nivel podían ser suspendidos en sus funciones por el Poder Judicial. Es el caso de Cuevas quien, según la Fiscalía, está suspendida, pero no destituida. Hay quien cree que al no estar destituida no está ausente, por lo tanto, no procede perfilar una nueva elección, pues se entiende que retomará su cargo cuando termine su proceso penal. Nos cuentan que Morena reventó la sesión de ayer en el Congreso para no abordar el tema, pues no saben exactamente qué procede. Uf.   |   Se lee en “Rozones” de La Razón.