En el tema de la protección a los periodistas lo que cuentan son los hechos concretos. Los lugares comunes y las lágrimas de cocodrilo no protegen a nadie.

La ejecución de Armando Linares en su casa de Zitácuaro dio lugar a reacciones de todo tipo, incluso se realizó una reunión para afinar los mecanismos de protección de reporteros en Michoacán.

Esas son las palabras, los hechos son que durante el funeral de Linares se presentaron hombres armados para amenazar a los asistentes, entre ellos comunicadores. Hombres armados en el funeral, de no creerse.

El asunto no pasó a mayores. Muestra, sin embargo, el grado de cinismo al que pueden llegar criminales seguros de que se saldrán con la suya, de que sus delitos quedarán impunes.

Mientras no haya consecuencias, las agresiones contra periodistas no se detendrán.   |  Se destaca en “Pepe Grillo” de La Crónica.