* Los merengues dan un gran paso rumbo al título

MARCA

El Real Madrid sigue de fiesta. Luego de su remontada ante el PSG en la Champions League, el conjunto blanco venció como visitante al Mallorca (0-3) con lo que dio un paso importante rumbo al título de Liga, además de declararse listo para el Clásico ante el Barcelona del próximo domingo.

Vinicius y Benzema firmaron el triunfo en los goles y en el juego, acaparando casi todo el protagonismo del fútbol blanco. Imposibles de detener por un Mallorca peleón y aplicado, que tuvo sus opciones en el primer tiempo. Sin embargo, salió carísima la misión blanca. Perdió primero a Rodrygo tras una acción exagerada de Raíllo, que no fue la peor de la noche. También cayó Mendy, aparentemente por un asunto muscular. Y, sobre todo, vio caer a su estrella, Karim Benzema. Las pruebas médicas determinarán el alcance de la emergencia en el club blanco.

 

El Madrid se encontró con el partido que esperaba, ante un Mallorca replegado y ordenado, listo para desplegarse en velocidad con Muriqi como referencia e incordio permanente. Pudo cambiar el guión a los cuatro minutos si Sergio Rico no hubiera desviado un mano a mano de Benzema. Después de esa acción, al líder le costó encontrar resquicios en la zaga bermellona.

Todo cambió poco después del descanso. Valverde y Baba pugnaban en la salida del juego bermellón probando la agudeza de Sánchez Martínez. La primera cayó del lado local, para desesperación de Ancelotti. En la segunda se enredó Baba ante el acoso de Fede, recogió Benzema y regaló a Vinicius, que marcó por abajo.

El gol decidió el duelo. El Mallorca se perdió en batallas sin sentido y se descubrió atrás. Vinicius abrió para Benzema, en posición correcta. Se fue con clase, aguantó a su socio y le sirvió el tanto. Lo evitó Oliván, que cometió penalti. Transformó Karim. Poco después, tras lesionarse Mendy, coronó un centro de Marcelo con un cabezazo a la escuadra. Tras la celebración, empezó a cojear, se echó al suelo y tembló el madridismo. A las puertas del Clásico y con los cuartos de la Champions, perder a Karim es quedarse sin su mejor hombre. Un precio altísimo por asegurar más de media Liga.