Junto con la ahora representante popular, se resiste a irse la escoria del tricolor veracruzano.  

Le cuento. 

Todos sabemos que, en las pasadas elecciones para renovar la directiva estatal del PRI, se enfrentaron principalmente dos corrientes.  

Una, compuesta por los grupos duartistas, fidelistas, los esbirros de Héctor Yunes y los residuos de Elizabeth Morales, que abanderó Adolfo Ramírez; por el otro, los grupos de Jorge Carvallo y cuadros de base.  

Algunos como Pepe Yunes, no quisieron participar.  En dicha contienda, un tal, Marlon, no sólo ganó, sino que de paso se vistió de luces y acabó con el mito de la estructura del fidelista, duartista y recientemente chairo, «Tonicho», «Cabeza de Lata» o Ranulfo Márquez, como le quiera usted llamar, y de paso también borró del mapa electoral la fábula de la organización que regentea el choleño Héctor Yunes, ya que todos ellos no fueron capaces ni siquiera de hacer una movilización decorosa para evitar una derrota catastrófica.  

Les valió madre el partido. 

En su desesperación el Choleño buscó y trabajó para formar un partido, otro negocio, pero, como ya quedo demostrado, no la pudo reafirmar electoralmente. Fiel a su estilo y su costumbre el pariente de Miguel Ángel solo ambicionaba las prerrogativas. 

Este antecedente lo ha colocado fuera del PRI, quedando pendiente únicamente el procedimiento de rigor, para hacerle efectiva su expulsión, al trabajar para otro partido.  

Por otro lado, el ahora chairo, Ranulfo, fue crecientemente representante ante las autoridades electorales del PVEM, con lo cual también está en espera de que le apliquen los estatutos por una transgresión que amerita ponerlo fuera. 

El problema es que con la ambición de impedir que se haga válido el imperio de la ley al interior del tricolor, estos personajes están utilizando a Lorena Piñón, una de las incondicionales de Elizabet Morales, para tratar de quebrar al partido y anticipar su cambio de estafeta.  

El interés es correr al tal Marlon. 

Recordemos que, de entrada, le ordenaron al ex alcalde xalapeño, Américo Zúñiga Martínez, mover las aguas. El ex edil no dio el ancho, su mediocridad de nueva cuenta quedó de manifiesto, por eso ahora utilizan a la tal Lorena, prometiéndole que será ella quien habrá de encabezar la dirigencia estatal, en cuanto derriben a Marlon. 

Para lograr su capricho la diputada federal se ha dedicado divulgar rumores de supuestos desafectos del presidente del CEN del PRI, Alejandro Moreno, en contra del porteño, el tal Marlon. Lo primero que olvidan es que el mozo de espadas de Miguel Ángel Yunes Linares, Ramírez Marín,  es el primer presidente estatal del tricolor que fue electo en una contienda libre y que tiene el respaldo de las bases para terminar el periodo para el que fue electo y, segundo, Lorena no sólo es una perfecta desconocida para las bases, está en la memoria de los priistas, que su diputación es un dádiva de “Alito”, por prestarse a la farsa de representar a las mujeres, en contra de Ivón Ortega, que terminó huyendo del partido por esa chicanada. Regalo que no ha justificado en la Cámara Baja, sus escasas propuestas son anodinas que no van más allá de regular el tránsito carretero.  

Ante un nulo trabajo legislativo no le queda más remedio que dedicarse a blasfemar contra Marlon. 

Dada la cercanía de la tal Piñón Rivera, con el dirigente nacional del PRI, solo les basta una llamada a sus voceros o de lo contrario se hace presente en tierras veracruzanas, para inventar malquerencias contra el presidente estatal, no faltando quien le crea, pero, con cargo o sin cargo, la actual diputada federal debe tener en cuenta que, aun cargando una amplia mediocridad sobre el espinazo, Marlon representa al grupo que venció a la mafia duartista, fidelista y la de Héctor Yunes. 

Sobra resaltar que esta trilogía, ya desacreditaron lo suficiente al PRI y, por si lo anterior fuera poco, se apropiaron de las postulaciones, por lo que las bases ya no los quieren ver manejando al partido. 

Lo cierto es que mientras los órganos de gobierno del tricolor, no lleven a las instancias de justicia partidista, a los residuos duartistas, fidelistas y al clan Yunes Landa, todos ellos seguirán conspirando para recuperar poder, poder, que no saben más que usar en beneficio personal y para medrar, valiéndoles madre las bases tricolores. 

Así de sencillo