La reacción de la Federación Mexicana de Futbol en torno a los actos violentos registrados el pasado sábado en el estadio La Corregidora dejó mucho que desear, nos comentan. Y es que el equipo Gallos Blancos recibió una sanción menor, considerando la magnitud de los hechos que rebasaron, y con mucho, el ámbito meramente deportivo. El equipo podrá seguir jugando en el mismo estadio en donde se registró la barbarie, aunque sin público durante un año y pagará una multa de un millón y medio de pesos. A la barra, el grupo responsable de las agresiones brutales del pasado sábado, la suspendieron un año para los partidos de visitante y tres para los de local. O sea que podrán seguir existiendo. A las barras de otros equipos tampoco les fue tocado un pelo. ¿No había ofrecido Mikel Arriola algo diferente? Uf.   |  Se lee en “Rozones” de La Razón.